REFUGIO NACIENDO UN SOL DE PALMA DEL RÍO

60 perros esperan una familia en el refugio de Palma del Río, Córdoba

A finales de marzo visitamos el refugio Naciendo un sol, en Palma del Río, Córdoba. Este albergue privado anunció en junio del año pasado que cerraba sus puertas después de 15 años funcionando y tras haber logrado una familia para cerca de 2.000 animales abandonados. Hoy, Silvia y su equipo se afanan por cuidar de los últimos 60, que esperan pacientemente una segunda oportunidad en un hogar que les quiera.

La catalana Silvia Mencos Vilá se afincó hace años en Palma del Río, donde quiso poner su granito de arena para combatir el abandono de animales que sufre la zona, una lacra en Andalucía y, en muchas otras partes de España.

Su amor por los animales y su voluntad de intentar concienciar a la sociedad contra el maltrato animal le llevó a fundar el refugio de animales Naciendo un Sol en la localidad cordobesa. A este proyecto se ha entregado en cuerpo y alma junto a un puñado de voluntarias durante 15 años, hasta que en junio dijo basta.

Han sido tres lustros ayudando a todos los animales que llegaban al albergue, levantado en terrenos propiedad del Monasterio de San Francisco, que, por cierto, es un gran hotel pet friendly (puedes verlo en nuestro post sobre Córdoba con perro).

Tres lustros sin descanso que han tocado a su fin debido al desgaste personal que supone trabajar 365 días al año cuidando a los animales y ver “que la gente no aprende y sigue teniendo camadas no deseadas, maltratando y abandonando a seres que solo saben dar amor y compañía”.

En este tiempo, el refugio ha encontrado una nueva familia a cerca de 2.000 animales gracias a la generosidad de muchas personas y al trabajo incansable de las voluntarias de Naciendo un Sol. Nosotros pudimos conocer a tres de ellas (Sabrina, Manoli y Rosario, en las fotos), que siguen cuidando de los cerca de 60 perros que siguen en el albergue esperando que alguien los acoja en su hogar.

Desde Pipper on tour queremos hacer un llamamiento a todas las personas que estén pensando en acoger a un perro en su familia para que se interesen por estos animales. A continuación os mostramos imágenes y una breve descripción de algunos de ellos, a los que pudimos fotografiar durante nuestra visita.

También queremos dar las gracias a todo el equipo del refugio por su entrega y su generosidad, y a Silvia por su reciente reconocimiento como Hija Adoptiva de Palma del Río.

En las imágenes superiores vemos a:

  • Flipper, nacido en 2023. Con pocos días de vida lo abandonaron en una caja con varios hermanos que, afortunadamente, ya han sido adoptados. Flipper espera tener la misma suerte.

  • Tulipán nació en 2021 y fue abandonado con dos meses junto a su hermana Clivia. Ambos siguen en el albergue esperando que alguien los adopte.

  • Chease (2021). Lamentablemente, fue un regalo no deseado que terminó viviendo en este espacio de acogida.

  • Puko (2021). Junto con varios hermanos (Pepe y Pepo) fueron recogidos una vez destetados de una mastina que había parido en un campo cercano. A ella y un cachorro nunca les pudieron coger y desaparecieron.

  • Nayra (2021): Gracias a una vecina, fue rescatado cuando era un cachorro y la salvó de una vida de maltrato.

  • Kovu (2021.) Rescatado de un inmueble del que se desalojó a unos okupas. En él estaba Kovu con otro cachorro ya adoptado.

En estas fotografías vemos a Raksha, Cisco, Shakira, Senda y Hulk.

  • Raksha (2015). Parte de una camada de nueve perros que iban a ser sacrificados. El refugio se hizo cargo de los nueve con la condición de salvar también a la madre.

  • Cisco (2022). Apareció con dos meses con la escápula fuera de sitio. No tiene musculatura en la escápula pero hace vida absolutamente normal.

  • Shakira (2022).

  • Senda (2015). La dejaron en un vivero a las afueras del pueblo. Una voluntaria que acudió al vivero, la vió y la llevó al albergue.

  • Hulk (2015). La policía lo encontró por los bares pidiendo comida y lo llevó al refugio.

En estas imágenes vemos a Palmira, Tina, Vega, Kovu, Nieve y Cordobesa:

  • Palmira (2022). Sigue en el refugio con su hermana Adela. Una adoptante recogió a una mastina preñada y le parió varios cachorros. Cuando empezaron a crecer y no conseguía adopción, pidió ayuda al refugio.

  • Vega (2019). Cruzaba la carretera de lado a lado y cuando la Policía se paró, vió que tenía seis cachorros. Aún quedan tres de ellos en el refugio: Vladis, Violeta y Velvet.

  • Kovu, rescatado de un inmueble okupado, como explicábamos anteriormente.

  • Nieve (2023): La recogió un voluntario de camino al refugio. Estaba en mitad de la carretera. Fue la última perra que entró en el refugio en 2024, año en el que se anunció el cierre del albergue.

  • Cordobesa apareció en el campo de un pueblo cercano a Palma del Río con solo tres meses.

Más animales pendientes de una familia que les quiera:

  • Roma (2015). La trajo el dueño con ocho años porque "se iba a trabajar fuera". Nunca preguntó por ella ni fue a buscarla cuando volvió.

  • Piropo (2016). Su dueño lo echó a la calle. Durmió durante meses en la puerta de su dueño y la vecina lo alimentaba. Cuando empezaron a molestarlo, lo llevaron al refugio.

  • Kim (2018). Cuando murió su dueño, la hermana dejó a los tres perros en una habitación/almacén durante más de un año sin sacarlos prácticamente nunca porque decía que le tiraban de la correa. Al final se hartó y habló con una vecina que los llevó al refugio.

  • Ladrón (2022). Llevaron al albergue una camada de nueve mastines de dos meses no deseados con la promesa de esterilizar a la madre. Aún quedan cinco por ser adoptados.

  • Pepo, hermano de Puko, del que hablábamos más arriba.

Más suerte parece que han tenido Harry, Milka y Tina, que, según nos contaron durante nuestra visita, han encontrado recientemente sendas familias que los van a adoptar.

Si puedes ayudar a alguno de estos animales, ponte en contacto con el refugio a través de correo electrónico: refugionaciendounsol@gmail.com También te dejamos un enlace a su página web, donde puedes ver más perros pendientes de adopción.

El refugio también acepta donaciones para poder seguir alimentando y cuidando a las decenas de perros que siguen a su cargo.